Fue en el verano de 2017, viajando en coche por Menorca, con el viento en la cara, la sal todavía en la piel y muy pocas preocupaciones en la maleta cuando escuché por primera vez una de las canciones más canallas de “Tu Otra Bonita”. “Se quemó” se convirtió en una especie de himno del buen rollo entre mis amigos. Después llegó “Pastelitos o polvitos”, “Ganas de” y “A poco” (mi canción preferida desde la primera vez que la escuché). Con el tiempo y después de conocer un poco más a fondo su música, de seguirles, de pararme a disfrutar sus letras y sus acordes, me di cuenta de que esta banda madrileña es mucho más que un grupo para pasárselo bien dándolo todo en sus conciertos.